Esaú González
Pénjamo
Los constantes trabajos de remodelación en la
carretera federal 90 a
diario generan un caos vehicular que para poder pasar sólo unos diez
kilómetros, el tiempo de espera puede ser de hasta dos horas.
La situación entre los límites de Guanajuato con
Michoacán y Jalisco por esta vía federal, es un verdadero “suplicio” para las
personas que esperan pasar hacía estas entidades federativas especialmente por
los “cuellos de botella” que se forman al unirse.
Una de las situaciones más comunes que se presentan a
partir del kilómetro 72 al 90, son los constantes accidentes de camiones de
carga singularmente por que aquí los carriles de circulación pasan de cuatro a
dos.
Aunado a esta reducción de carriles, también es una
condicionante las actividades de remodelación de la carretera, pues en el área
aún no concluyen los trabajos de construcción de un libramiento que va a
entroncar con la salida a Guadalajara.
El número de accidentes que ocurren en esta zona, la
mayoría ocurren por exceder los límites de velocidad, falta de precaución, esta
físico del conductor o bien fallas mecánicas, según un informe de la Policía Federal Preventiva.
Los horarios en los que el tráfico se vuelve casi sin
movimiento, es alrededor de las diez de la mañana a la una de la tarde y de las
cinco a las ocho de la mañana, que es cuando pasan la mayor cantidad de
vehículos de carga por el Estado.
La situación es agobiante por que de pasar por
Irapuato, Abasolo y la cabecera de Pénjamo en cuarenta minutos, esta parte de
este último municipio, llega a ser de hasta tres horas en situaciones en la que
la fila de vehículo puede superar los 15 kilómetros .
Según la última visita del presidente de México Felipe
Calderón a La Piedad ,
en la remodelación del libramiento oriente, informó que a principios del
siguiente año, sería la fecha de apertura de este nuevo libramiento, en el que
se estarían disminuyendo los tiempo de paso de una entidad a otra.
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