Pénjamo
La voluntad fue buena en el poblado de Palo Alto de Abajo, pero al final de la jornada todo se convirtió en tragedia. “Don Memo”, quien había desaparecido hace dos días, fue localizado semiinconsciente por sus vecinos en una parcela, sin embargo al llevarlo a su casa falleció.
A bordo de una camioneta de esas llamadas de tres toneladas, Guillermo Álvarez Lomeli, llegó acompañado de dos de sus vecinos que lo estaban buscando, pues aquí en Palo Alto de Abajo, “si le pasa algo a alguien, es como si le pasará a todos” mencionaba una mujer.
El labriego de 60 años, originario de Pénjamo se había perdido desde el martes por la tarde y desde ese momento sus hijos, esposa, vecinos, niños, amas de casa y hasta las “mascotas”, tomaron sus lámparas, bordones u cualquier objeto útil para salir a buscarlo de noche.
Por el día se formaron brigadas, llegando a alcanzar una suma de 100 penjamenses acompañados de la policía municipal, incluso el delegado, solicitó el apoyo a otros delegados y comisariados a fin de localizarlo.
Sin embargo la mañana de este jueves, el intento por recuperar a uno de sus miembros, podría decirse de los más destacados, por su temple al hablar, serenidad, paciencia, fortaleza y alegría, quedó apagado.
Don Memo, fue encontrado, tirado boca abajo en una parcela en la que acostumbraba pasear, tenía un golpe en uno de los pómulos, pero todavía respiraba “todavía estaba vivo, por eso lo trajimos a la casa”, mencionó uno de sus compañeros.
Al bajarlo del vehículo, llegó agonizando como si se tratará del último aliento, pues sólo volteo la mirada a ver a una de sus hijas y después cayo en coma; en tanto los gritos de dolor, desesperación e impotencia, abarcaban toda la calle Porvenir.
La esposa de este campesino, no resistió lo que estaba viendo y de forma inesperada cayo desmayada en la calle; todos los integrantes de esta comunidad estaban reunidos, algunos no podían creerlo “pero si no estaba enfermo, no tomaba, no fumaba, era un hombre bueno”.
Los reporteros de este medio, habían llegado justo en ese momento; solicitaron el apoyo de una ambulancia de la Cruz Roja y de Protección Civil, pues en algo debían ayudar.
Los rescatistas llegaron lo más pronto que pudieron, entraron a la vivienda, brindaron los primeros auxilios y posteriormente salieron, moviendo la cabeza, gesticularon que “no”; las últimas esperanzas habían desaparecido, “Memo se nos fue”, gritaban desde el interior.
Sólo basto un poco de tiempo para que acudiera la Semefo y los peritos ministeriales, a verificar lo ocurrido, “al parecer falleció de un ataque al corazón, no tiene signos de violencia” mencionó un policía.
Al final, la tragedia se generalizó en este poblado que se distingue por su cooperación y ayuda mutua; que se distingue por que son campesinos y por que aquí los problemas políticos o de seguridad no son parte de sus prioridades, sino por que “aquí todos importan”.
La voluntad fue buena en el poblado de Palo Alto de Abajo, pero al final de la jornada todo se convirtió en tragedia. “Don Memo”, quien había desaparecido hace dos días, fue localizado semiinconsciente por sus vecinos en una parcela, sin embargo al llevarlo a su casa falleció.
A bordo de una camioneta de esas llamadas de tres toneladas, Guillermo Álvarez Lomeli, llegó acompañado de dos de sus vecinos que lo estaban buscando, pues aquí en Palo Alto de Abajo, “si le pasa algo a alguien, es como si le pasará a todos” mencionaba una mujer.
El labriego de 60 años, originario de Pénjamo se había perdido desde el martes por la tarde y desde ese momento sus hijos, esposa, vecinos, niños, amas de casa y hasta las “mascotas”, tomaron sus lámparas, bordones u cualquier objeto útil para salir a buscarlo de noche.
Por el día se formaron brigadas, llegando a alcanzar una suma de 100 penjamenses acompañados de la policía municipal, incluso el delegado, solicitó el apoyo a otros delegados y comisariados a fin de localizarlo.
Sin embargo la mañana de este jueves, el intento por recuperar a uno de sus miembros, podría decirse de los más destacados, por su temple al hablar, serenidad, paciencia, fortaleza y alegría, quedó apagado.
Don Memo, fue encontrado, tirado boca abajo en una parcela en la que acostumbraba pasear, tenía un golpe en uno de los pómulos, pero todavía respiraba “todavía estaba vivo, por eso lo trajimos a la casa”, mencionó uno de sus compañeros.
Al bajarlo del vehículo, llegó agonizando como si se tratará del último aliento, pues sólo volteo la mirada a ver a una de sus hijas y después cayo en coma; en tanto los gritos de dolor, desesperación e impotencia, abarcaban toda la calle Porvenir.
La esposa de este campesino, no resistió lo que estaba viendo y de forma inesperada cayo desmayada en la calle; todos los integrantes de esta comunidad estaban reunidos, algunos no podían creerlo “pero si no estaba enfermo, no tomaba, no fumaba, era un hombre bueno”.
Los reporteros de este medio, habían llegado justo en ese momento; solicitaron el apoyo de una ambulancia de la Cruz Roja y de Protección Civil, pues en algo debían ayudar.
Los rescatistas llegaron lo más pronto que pudieron, entraron a la vivienda, brindaron los primeros auxilios y posteriormente salieron, moviendo la cabeza, gesticularon que “no”; las últimas esperanzas habían desaparecido, “Memo se nos fue”, gritaban desde el interior.
Sólo basto un poco de tiempo para que acudiera la Semefo y los peritos ministeriales, a verificar lo ocurrido, “al parecer falleció de un ataque al corazón, no tiene signos de violencia” mencionó un policía.
Al final, la tragedia se generalizó en este poblado que se distingue por su cooperación y ayuda mutua; que se distingue por que son campesinos y por que aquí los problemas políticos o de seguridad no son parte de sus prioridades, sino por que “aquí todos importan”.
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