viernes, 20 de marzo de 2009

Da su vida a cambio de los demás


Esaú González

Pénjamo, Guanajuato.


Desde los seis años, Juan Luis Corona Juárez, se ha involucrado como socorrista de la Cruz Roja de Pénjamo para ayudar a las personas que necesitan ayuda. “La experiencia más dolorosa te pasa a diario es cuando una persona se te muere” dijo.
El penjamense ahora con 24 años, recordó que desde muy pequeño sus primos lo llevaban a la Cruz Roja a observar que era lo que hacían los socorristas y desde ahí ha permanecido de forma voluntaria sin recibir un peso por su trabajo, el cual esta enfocado a rescatar vidas.
“Empecé a las edad de 6 años, fue el amor a traer la camiseta; son varios los momentos que vives, a lo mejor el más crítico, fue cuando hubo una volcadura de un autobús en Cuerámaro tienes que salir y estar listo aunque estés en tu casa, sigues siendo paramédico las 24 horas” mencionó al recordar una anécdota en su trabajo.
Juan Luis dijo en forma triste que uno de los problemas a los que mayormente se enfrentan en la Cruz Roja es la muerte, específicamente cuando un paciente o herido no alcanza a recibir los primeros auxilios o pierde la vida durante los mismos.
Por el otro lado, dijo que es muy reconfortante cuando familiares de los pacientes agradecen, dan un abrazo o extienden su mano en señal de que recibieron la atención que pedían y que se hizo lo posible por ayudar al paciente.
¿Cuál fue tu experiencia más dolora?, dijo “Mi experiencia más dolorosa te pasa a diario, cuando una persona se te muere, cuando tú haces todo lo posible por salvarle la vida, que a lo mejor de ti no queda que en tus manos no esta hacer nada, pasa muy seguido, es frustrante”.
Siguiendo con la entrevista, el paramédico, mencionó que su trabajo es cíclico, pues tiene que pasar de un momento de frustración a alegría y tristeza al mismo tiempo y posteriormente olvidarlo “es triste, pero tenemos que pasar el momento, por que es nuestro trabajo”.
Dentro de sus vivencias el socorrista, señaló que hace algún tiempo llevaban a un paciente de Pénjamo a Irapuato y durante el trayecto el enfermo entró en un paro cardíaco, del que pudieron hacerlo recuperar y al final lograr que siguiera con vida.
“Nunca me había pasado algo así y el familiar me dio un abrazo y me agradeció; en Cruz Roja no percibió un sueldo, lo hago por voluntad, por convicción, el hecho de recibir un gracias es muy gratificante” puntualizó antes de que diera inició la colecta anual de esta institución.
En la colecta la meta es llegar a juntar al menos 100 mil pesos para completar el dinero que les hace falta en la remodelación de sus instalaciones y la adquisición de una nueva ambulancia.
    

martes, 17 de marzo de 2009

Sin Pelos en la Lengua


Esaú González

Guanajuato.
Mariano Aparicio se ha puesto el saco de un periodista desde que supo que esa era su vida. Él se ha encargado de tomar miles fotografías y presentarlas al mundo a través de su ojo óptico.
En una pequeña sala de juntas repleta de fotógrafos y reporteros, en un escenario propicio a su jovialidad de ver la fotografía como el séptimo arte y el riesgo que representa actualmente en el ejercicio periodístico.
Mariano un hombre de 45 años, de signo Aries, casado y padre de dos pequeños, considerado uno de los tres mejores fotógrafos de México por el tipo de retratos que ha realizado a lo largo de 20 años de carrera como profesional.
Se ha declarado temeroso a la vejez, impositivo, abierto, crítico, afable y amante de su familia; en Guanajuato ha llegado con el propósito de mostrar la fotografía al desnudo a través de sus experiencias y legados que piensa dejar por medio de sus “tomas”.
“Por que fui fotógrafo, mira inicialmente decidí ser cineasta, de hecho hice películas experimentales hace mucho tiempo con Guillermo del Toro, teníamos una locación de cine juntos, pero por alguna extraña razón cambie la cámara de cine por una fotográfica y empecé desarrollar fotografía de desnudo, por que siempre me ha gustado y empecé a dedicarme a ese generó”, dijo sin inmolarse a la morbosidad que pudiera generar un desnudo.
El periodista, originario de Torreón Coahuila, ha presentado a México en España, Italia, Alemania, Estados Unidos entre otros; además ha evidenciado que la fotografía es un género artístico.
Además el “artista” ha subrayado las casualidades que tiene la fotografía con los recursos de que se emplean en el periodismo al grado de asimilarlos como uno mismo.
Al cuestionarle “¿Es riesgoso ser fotógrafo?” respondió “es muy riesgoso ser fotógrafo, una desventaja del reportero es que no se nota y el fotógrafo se delata, el fotógrafo sin cámara no puede hacer su trabajo”.
El hombre de 1.90 metros de estatura, con 94 kilos de peso, reconoció que uno de sus hobbies es la lectura y que una de las mejores formas de irse preparando en la vida es por medio del conocimiento, además dijo que no se considera como un fotógrafo en las nubes por que siempre esta aprendiendo.
Mariano Aparicio, reveló que sus tres libros favoritos son: La Insoportable Levedad del Ser, de Milan Cundera; Rayuela, de Julio Cortazar y El Pintor de Batallas, de Arturo Pérez Roberto.
Entre las preguntas que se le hicieron fue ¿Por qué estas pelón?, declarando “algún día me rape, soy calvo de hecho, pero un día decidí navajearme y llevó más de diez años haciéndolo diariamente, es un ejercicio”.
En el mismo contexto el periodista dijo que México es “el surrealismo total, tiene tanta historia que solamente tiene seis villanos y tiene miles y miles de héroes”, al pronunciar que los momentos que se están viviendo actualmente están formando historia.
¿Cuál ha sido el logro más grande que haz tenido como profesional? “Mira creo que todavía no tengo mi logró más grande, por lo general me pongo una meta y después digo fue pequeña y siempre trato de tener una más grande; tampoco tengo la mejor foto, siempre se puede reservar algo para el futuro”.
En su sentido lógico, Mariano Aparicio mencionó que creé que va a morir de cáncer y antes de finalizar la entrevista mencionó que “un fotógrafo, tiene que ser consiente de que es testigo, lo que registra un fotógrafo tiene que ser conciente del momento histórico que esta viviendo, pero una buena foto no vale la vida”.